El mundo ha visto mas veces de las necesarias como la irracionalidad basada en odio derivó en crímenes atroces contra la propia humanidad en sí. Lo que no se puede entender es que no sean detenidas en sus orígenes como si ya no supiéramos que el repetir las recetas nos llevarán a los mismos callejones oscuros.
Ya el basar filosofías políticas en el odio hacia “los otros” fue los fundamentos del Nacional Socialismo que estableció la estupidez de una extrema discriminación racial a todo aquel que no fuese de la que se planteó como raza superior. Esto empezó como una justificación a un supuesto derecho de una raza sobre el territorio, los recursos, los derechos, la justicia e incluso la vida misma de otras razas, al punto de aplicar pseudociencias para su sustento y la elaboración de toda una legislación para su ejecución. Luego de la amarga experiencia que catalogó a los humanos en ciudadanos de primera y de segunda, como fue la experiencia NAZI que derivó en un Holocausto con millones de inocentes cruelmente aniquilados peor que animales, no hemos podido aprender que solo existe una raza sobre la faz de la tierra: la raza humana como una única especie (homo sapiens) sin sub grupos.
Es imposible pensar que exista la planteada pureza racial que pueda servir de patrón para medir quiénes son los unos y quiénes los otros, pues ni toda la maquinaria NAZI pudo establecer los parámetros para ello, demostrando que es una tesis absolutamente incoherente. Al fin y al cabo resulta que todos los seres humanos somos mezcladitos y que las razas no existen, que todos podemos caer en la categoría de mestizos no maj y someternos a la condición de ciudadanía que nos coloca a todos como iguales ante la ley.
Lo que es verdaderamente inaceptable es ver como todo esto pareciera no tener sentido frente a los teóricos del Estado Plurinacional y en actual función de gobierno, que haciendo gala de una racismo digno del Tercer Reich reducen a condición de “no existencia” a cualquiera que no sea puramente Indígena. Es mas, es ninguneado todo aquel que haya sido mezcladito post llegada de los españoles hace ya mas de medio milenio atrás. Y es que una de las bases del régimen de gobierno radica precisamente en el indianismo que quiere establecer nuevas relaciones de dominación de los “puros” en contra de los “mestizos”, a punto de incluso negar su existencia o su derecho a la autodefinición, todo en procura de establecer un recalcitrante neocolonialismo etnocentrista que pueda saquear los recursos y atropellar los derechos inalienables de los que serán sometidos.
No es casualidad que ya hace mas de una década atrás el cura Albó plantease los fundamentos para pintar de indígena este paisaje de proyecto de país fracasado, como tampoco es causalidad que la sangrienta imposición del proyecto de constitución Política del Estado Plurinacional tutti fruti se haya hecho de la manera mas violenta, ilegítima e ilegal, como tampoco es casualidad que hoy en día se quiera de otro plumazo establecer quienes son los indígenas y quienes no existen.
El planteado Censo venidero será nuevamente un instrumento para ratificar contra viento y marea no solo que las razas existen, sino que unas son dueñas de todo lo que los inexistentes mestizos pudiesen reclamar en justo derecho. Esto hará que la historia se repita y ahora será en el corazón de Sudamérica donde se transite hacia los crímenes de lesa humanidad que el mundo pensó no debieran repetirse. Habrá que pedirle a los racistas gubernamentales que definan la pureza racial de los Indígenas para tener la versión Mazista de las Leyes de Nuremberg Nazistas que establecerán la filosofía antimestizista.
Mientras tanto, se olvidarán que el futuro es mestizo, como lo fue el pasado, como lo es el presente y como lo somos nosotros también.