De mandingas y transgenicos

0 Posted by - 12/12/2012 - Articulos

Primeramente -algunos gaznápiros presumen hacer “políticas de Estado” cuando prohíben o se sabotea la exportación de nuestros excedentes agrícolas, con la finalidad oculta de llenar el buche de los siempre hambrientos habitantes del país del nunca jamás, y después para abaratar los costos en el mercado interno a costa del lomo de los agricultores cambas, entre muchos otros.

Pero luego se equivocan cuando las burocracias centrales deciden prohibir los cultivos industriales mediante la utilización de semillas genéticamente modificadas (transgénicos). Ambas medidas, muy a pesar de su inocente argumentación, lo que buscan en realidad es liquidar -y por decreto, la pujante agricultura cruceña. Si a esto le sumamos la toma de tierras productivas dirigidas y financiadas por los colonialistas andinos, el cuadro está completo.

Según la FAO, los países industrializados gastaron de 1.900-2.500 millones de dólares al año, recursos destinados a la investigación biotecnológica, siendo que el sector privado aportó con el 40% del total. En los países en desarrollo se invirtieron 165-250 millones de dólares, siendo que el sector público colocó recursos propios o de cooperación internacional, asumiendo la totalidad de la inversión” con la ausencia total del sector privado.

Cabe destacar que, de conformidad con la misma fuente, la superficie mundial plantada de cultivos transgénicos son las que siguen: Estados Unidos 42.8 millones de hect. -Argentina 13.9 Canadá 4.4 -Brasil 3.0 -China 2.8 -Sudáfrica 0.4 -otros 0.3 (datos de 2002), de estos cultivos el 49.7 millones de hect. Portaban modificaciones genéticas con tolerancia a los herbicidas – 12. 2 millones de hect. Eran resistente a los insectos y el 5.8 tenían resistencia a los insectos y tolerancia a los herbicidas. (www.fao.org/docrep)

De otra parte, este organismo internacional afirma que: “los organismos genéticamente modificados, más conocidos como los transgénicos, no deben asumirse como una amenaza a la bioseguridad para el medio ambiente, la biodiversidad y la salud humana”. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en ocho años de consumo de organismos genéticamente modificados no se evidencian daños a la salud de las personas” (esta declaración corresponde a Sandra Sharry emitidas a nombre de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación -FAO).

Otro documento emitido por el mismo organismo dice que “en los próximos 30 años, dos mil millones de personas más dependerán de la agricultura para su subsistencia, mientras los recursos naturales son cada vez más frágiles. La respuesta a este reto reside en tecnologías que combinen diferentes objetivos: aumentar el rendimiento y abaratar los costes, defender el medio ambiente, responder a las preocupaciones de los consumidores en materia de calidad e inocuidad de los alimentos, potenciar los medios de subsistencia rurales y la seguridad alimentaria de las comunidades más pobres”

“La FAO insiste en que la biotecnología deberá complementar, y no reemplazar, a las tecnologías agrícolas tradicionales. Entre sus potenciales beneficios están la obtención de materiales de siembra libre de enfermedades, el desarrollo de cultivos resistentes a las plagas y enfermedades, y la reducción del empleo de sustancias químicas nocivas para la salud y el medio ambiente (Pesticidas, etc.). Según datos que contiene el informe, el 99% del total de los cultivos transgénicos sembrados en el mundo en 2003, se plantaron en seis países: Argentina, Brasil, Canadá, China, Sudáfrica y Estados Unidos, representando sólo dos características agronómicas: resistencia a las plagas y tolerancia a herbicidas”.

“Durante los últimos siete años, los cultivos transgénicos han reportados grandes beneficios económicos a los agricultores en diversas zonas del mundo. En China, por ejemplo, más de cuatro millones de pequeños agricultores cultivan algodón resistente a los insectos. Representa un 30% de la superficie total del país dedicado a ese cultivo. Su rendimiento superó en un 20% al de variedades tradicionales y los costos de los plaguicidas se redujeron en un 70%. (erwin.northoff@fao.org).

Si el mundo marcha más o menos así, no se entiende la lógica de unos ecologista “come hojas”, que militan en el ecofacismo, los mismos que a falta de mejores argumentos le echa mano a la biblia tal como lo expresa un extenso articulito titulado “LOS PELIGROS DE LOS TRANGENICOS, SEGÚN 16 PROFECÍAS BÍBLICAS” con algunos subtítulos curiosos como los que siguen: Los cultivos tradicionales tienen la bendición de Dios. Los agrotóxicos y los transgénicos son lo malo. Amargas y venenosas plantas (BOLPRESS). Ciencia diabólica para satisfacer el capricho de un puñado de dementes y como el problema del hambre es un problema teológico cuya respuesta se encuentra en las citaciones bíblicas arriba citada, nos deparamos con un caso sui generis donde se juntan los mandingas y los transgénicos.
Los Nazistas del Tercer Reich convirtieron la ecología en una religión de Estado, y los Eco- fascistas criollos quieren hacer lo propio con nuestro insipiente pero dinámico sector agro-industrial. Que mendinga (nuestros diablo nacional) se encargue de ellos.