El carnaval de la OEA

0 Posted by - 04/06/2012 - Articulos

En el país del nunca jamás, en la localidad cochabambina de Tiquipaya se realiza la 42º Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), todo ello bajo el comando del ambiguo José Miguel Insulsa y en el marco de un escenario teatral donde hicieron su presencia “voluntaria” las estridentes barras estudiantiles, los aleccionados grupos partidarios de los mal denominados “Movimientos Sociales”, además de un hiperbólico aparato de seguridad, -no tanto para proteger a los asistentes-, sino para evitar el ingreso de los “intrusos” indígenas que llevan adelante la IX MARCHA INDÍGENA en defensa de sus territorios ancestrales, la integridad de la naturaleza virgen, paro ante todo, para que la mancha de aceite que representa el avance de los plantadores de coca-para-la-cocaína, no infecte estas selvas milenarias con los químicos que se usan en el narcotráfico; o acaben convertidas en cenizas -conforme la practica consuetudinaria de las etnias Aimara-quechuas que no han dejado santuarios ecológicos sin ser depredados, muy a pesar de las rimbombantes declaraciones de los indigenistas-indianistas que han sabido vender la imagen (ante el mundo de los idiotas eco-fascistas) de que “originario” es símbolo de preservación ambiental. Nada más falso.

Un caso diferente se refiere a los indígenas de la denominas “tierras bajas” y que corresponden a la llanura chaco-amazónica (700 mil kilómetros cuadrados) cuyas tierras han sido invadidas por propios y extraños. En su penosa y larga marcha desde Trinidad (Beni) a La Paz, (600 Km. De recorrido a pie, de 200 a 4.000 mts. s.n.m.), en señal de protesta por la construcción de una carretera que no llega a ninguna parte, la columna indígena conformada por hombres, mujeres y niños y que reivindica la integridad del TIPNIS (Territorio indígena y Santuario ecológico) y donde el gobierno del “Cambio” pretende perforarlo con una carretera financiada por el gobierno de Lula (y seguidores) para que sus partidarios cocaleros tengan acceso fácil a las nuevas tierras de “colonización”.

Después de caminar más de 500 kilómetros a pie, han logrado perforar el cordón de seguridad tendido en torno a la “Comisión de Derechos Humanos de la OEA”, para que estos sujetos tomen conocimiento de las masacres y abusos policiales de las que han sido objeto, las maniobras descalificatorias, las barreras humanas para que no transiten por caminos públicos y la negación de albergues para los niños y los enfermos; los prebendalismos que pretenden acabar con la unidad de los marchistas, sin embargo, llegaron hasta las puertas de tan magna Asamblea (Pedro Nuni, Adolfo Chávez, Fernando Vargas, Nelly Romero, entre otros) y le pasaron la bola al Sr. Insulza. Cualquier acto de vandalismo que se cometa en contra de los Cambas amazónicos, este ya lo sabe.

En el país del altiplano hay dos cosas que siempre dan réditos políticos: la reivindicación marítima, que ha colocado a los chilenos en calidad de verdugos y causantes únicos de la miseria nacional, y el nacionalismo fascista que consiste en atacar al “Imperio” en todas sus formas y modalidades. En este y desde la colonia se acostumbro a comerse todos los recursos naturales disponibles e imaginarios (dígase minería, hidrocarburos, u otros); hablar de defender o nacionalizar recursos de esta naturaleza provoca el delirio de las masas. NO por nada el gobierno del “Cambio” algo “nacionaliza” cada 1ro, de mayo para satisfacer el hambre de las masas. El paroxismo nacionalista llegó a tal extremo que nacionalizaron hasta las empresas de su socio estratégico –Brasil, cuando Morales a punta de pistola toma las instalaciones de Petrobras defendidas por una secretaria y dos porteros -con el apoyo incondicional de las gloriosas fuerzas armadas. Todo ello, bajo la sonrisa complaciente del Sr. Lula da Silva. El Imperio Lusitano se fue al tacho.

Más de un nacionalista recalcitrante exigió la eliminación del Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR) y la ampliación de la jurisdicción de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al territorio estadounidense. La idea nos parece brillante, pero como la caridad empieza por casa, sería interesante que la mencionada Comisión ingrese primero a las cárceles de Bolivia (con énfasis en La Paz) para que verifique con sus propios ojos que existen detenidos políticos (acusados de terrorismo, separatismo, alzamiento armado, enriquecimiento ilícito, desacato, etc.) encerrados por años, sin juicio legal alguno y sin pruebas reales que justifiquen esta barbarie; sin tomar en cuenta las decenas de exiliados políticos que abarrotan algunos países extranjeros. También sería interesante echarle una miradita a las leyes “mordazas” (como la Ley contra el racismo y la discriminación, entre otras) que han servido de pretexto para tumbar gobernadores, alcaldes, concejales y otros funcionarios públicos por sus desafectos con el “proceso de Cambio”.

Pero la perlita que ha colmado el carnaval de la OEA viene de la mano del Director del Centro Simón Wiesenthal (CSW) Sergio Widder, el mismo que denuncio que Teherán está asesorando a Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba en la conformación de un Instituto Militar de Seguridad Regional, la misma que fue inaugurada en mayo del 2011 (en las proximidades de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra), donde asistió el ministro de Defensa Iraní, Ahmad Vahidi, un prófugo de la justicia Argentina por el atentado terrorista a la Sede la Mutual Judía Argentina (AMIA) ocurrido en Buenos Aires el 18 de julio de 1994. Apenas informado de que la Policía Internacional tenía orden de arresto, este heroico general se hizo humo en pleno acto. Dicen que huir no es cobardía.