LAS ELECCIONES QUE SE AVECINAN

0 Posted by - 12/11/2005 - Editorial

La parafernalia que provoca la presencia siempre presente en todos los medios de comunicación de los escasos candidatos a la presidencia de la republica bananera de Bolivia, está comenzando a dejar aturdida a la gente común, ya que ella se caracteriza, fundamentalmente, además de una total falta de imaginación, por la carencia de programas concretos, pero ante todo creíbles.

Podemos afirmar, casi sin lugar a dudas, de que las fronteras ideológicas entre los postulantes al sillón presidencial, se han ido borrando como por arte de magia. Si en la pre-campaña se hablaba de izquierdas y derechas, hoy resulta casi imposible distinguir, -al margen de la oferta fácil y el discurso demagógico, alguna señal que destaque la diferencia de un candidato a otro.

Si uno de los candidatos se aferra al tema gasifero y se monta en pelo para galopar contra las trasnacionales hablando de nacionalización, pero la mismo tiempo les soba el lomo, esta asumiendo el doble discurso para agradar auditorios distintos. Y los mas radicales que iniciaron su gestión electorera hablando de socialismo, acaban inventando el “capitalismo andino”, como si el capitalismo tuviera cara de montañas, mares o metrópolis, ojos rasgados o pelo rubio. Esto simplemente aumenta la confusión frente a un ciudadano inerme que ya no sabe para donde apuntar su voto.

Los candidatos “sistémicos”, aquellos que recogieron todas las chafras de los partidos disueltos o decadentes para armar su propia torre de babel, se deparan ante un electorado que ya no cree en nadie, menos aun en aquellos que fueron y son parte de viejos esquemas de poder cuya característica principal es haber convertido al Estado en patrimonio propio.

Con elecciones o sin ellas, la crisis sistémica de un Estado nacional en franco proceso de disolución, no será detenida por que el nuevo reyezuelo y su cohorte que solo atinará a poner remiendos en un barco carcomido en todos su flancos y que navega en un mar agitado donde no se divisan costas visibles donde amarrar.

Sacar la pelota de una cancha rayada por el problema del gas y la hostilidad hacia el enemigo chileno y la oligarquía cruceña, como los sujetos causantes del desastre nacional, es gastar bolas buscando culpables en la oscuridad. Todavía no se entiende que la republica bananera de Bolívar (Bolivia) contiene diversas sociedades con dinámicas distintas y que transitan desde las premodernas apoyadas en el origen mítico y supuestamente igualitario del imperio celestial de los incas –propuesta que se traduce en una fundamentalismo indígena que no conduce a ninguna parte, hasta una sociedad posmoderna que no encaja en los moldes típicamente coloniales de la sociedad boliviana actual, y busca, en condiciones desventajosas, por supuesto, una integración relativamente igualitaria en el mundo globalizado de hoy.

Si los discursos políticos se asemejan a un disco rayado sin propuestas reales para salir de la crisis, resulta curioso que todos ellos no tienen capacidad para emerger del lugar común y expresan una carencia total de ideología, cuyo vacío no puede ni podría producir un programa mínimo de gobierno, coherente, realista y factible.

Esta vacuidad prepositiva ha hecho que las preferencias electorales se disuelvan en una dicotomía salvaje entre lo bueno y lo malo, o mejor dicho, entre los menos bueno y lo más malo, ya que existe una desazón social por la carencia de futuro y un encrispamiento de radicalidades en torno a lo que trasmiten, o se suponen que trasmiten, estas personalidades políticas que bailan al embrujos de los supuestos, o a los ensambles imaginarios o reales con poderes exteriores facticos, llámese trasnacionales o populismos chavistas.

Este doble entrampamiento de la política Altoperuana solo puede conducir a una ingobernabilidad cantada, donde los eventuales vencedores solo serán propietarios del palacio de gobierno, o eventualmente, de las calles y las carreteras, pero nada más.

Resulta demasiado temprano para hacer vaticinios, sin embargo, estamos seguros de una sola cosa: las elecciones de diciembre será como una borrachera de quinceañera que, como dice el poeta brasileño Vinicio de Moraes: ella será eterna mientras dure.