Fernando Prado Salmón
Dejando de lado todos los aspectos coyunturales, quiero demostrar que lo que se está jugando en el tema del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) es la supervivencia de un ‘modo de producción’, llamado tribal o comunismo primitivo por Marx, frente a un agresivo capitalismo popular basado en los pequeños productores agrícolas sindicalizados, llamados colonizadores, de origen andino, apoyados por el aparato del Estado y conectados con una burguesía comercial y del transporte también andina que les presta servicios mediante una carretera.
Los pueblos amazónicos cazadores y recolectores, cuya ‘forma de producción’ requiere de mucho territorio boscoso, están siendo desplazados por colonos andinos que llegan con otra forma de producción, que es la producción agrícola capitalista en parcelas individuales y más ligadas al mercado. La tendencia es que los colonos capitalistas contraten como mano de obra asalariada a los indígenas, a quienes dejan sin su medio de subsistencia, que es el bosque.
Este mismo conflicto, con matices, es el que se ha vivido ya en América en el siglo XIX: para llevar la ‘civilización’ a los territorios indígenas, es decir, usurpar sus tierras, las oligarquías argentina y chilena asesinaron y despojaron de sus tierras a sus pueblos araucanos, mapuches y otros. Lo mismo pasó en Norteamérica, donde los colonos blancos exterminaron a los pueblos ‘salvajes’ de pieles rojas.
Es increíble que con los debidos matices el mismo conflicto histórico y estructural se esté dando hoy en las tierras bajas del país. Pueblos originarios de economía primaria –modo de producción tribal lo llama Marx– están siendo desplazados por el modo de producción capitalista. Lo interesante es que, en el caso boliviano, no es la oligarquía la que está haciendo este trabajo sucio, sino ese capitalismo andino del que habla Álvaro García Linera, con el masivo y evidente apoyo del aparato del Estado. Por eso decimos que en el fondo la lucha es del Gobierno aliado a ese capitalismo andino contra el comunismo primitivo de los pueblos de tierras bajas.
Porque no conocía esas realidades, Marx habla muy poco de esa sociedad tribal o de comunismo primitivo, ya que además el tema indígena y ambiental era entonces inexistente. Por eso las oligarquías americanas del siglo XIX pudieron ‘resolver’ el problema indígena o de los ‘salvajes’ a las malas. La sociedad en su conjunto pensaba que el progreso lo exigía. Pero lo increíble es ver que en pleno siglo XXI, y con el avance de los temas de defensa del medioambiente y de las poblaciones indígenas que lo habitan, tema del que en el pasado nuestro presidente se hizo abanderado, el Estado boliviano, presionado por ese capitalismo popular andino en el poder, pretenda superar el problema indígena “de los salvajes que frenan el progreso” –como han dicho varios dirigentes del MAS– casi con los mismos medios de las oligarquías del siglo XIX: represión policial, intimidación, amenazas, denigración, chantaje, compra desembozada y pública de01/05/12 Tipnis: capitalismo andino vs. comunismo primitivo www.eldeber.com.bo/imprimir.php?id=120414203420 2/2 conciencias, juicio y encarcelamiento.
Pero entonces, ¿los pueblos de tierras bajas no entrarán en la modernidad?
Sí, lo harán, pero con los nuevos paradigmas universales hoy vigentes de sostenibilidad; es decir, lo harán pero en un proceso que ellos controlen, a su propio ritmo, y defendiendo su cultura y relación con el medio. Ellos están en la verdadera modernidad. Quienes están fuera de la historia son aquellos que en base a paradigmas del siglo XIX quieren consolidar apresuradamente poder económico y político a costa de las etnias y sus bosques.
* Arquitecto